Las lesiones osteomusculares, sobre todo las que afectan a la espalda, cuello y extremidades superiores, son el problema de salud relacionado con el trabajo más frecuente entre la población trabajadora y estudiantes. Estos problemas abarcan desde incomodidad, molestias y dolores hasta cuadros médicos más graves que pueden requerir una baja laboral.

Si llevamos una vida activa e incorporamos a nuestra vida diaria las principales normas de una buena higiene postural, reforzaremos la prevención de estas lesiones y mantendremos nuestra espalda y cuerpo en condiciones.

¿En qué consiste la higiene postural?

Tener una buena higiene postural consiste en mantener una postura correcta al estar de pie, sentado, acostado, cargar pesos o al agacharse. De forma sencilla, podríamos decir que la postura correcta es aquella que no es fatigante, ni dolorosa, ni altera el equilibrio, ni la movilidad.

Se habla de posturas forzadas cuando una o varias zonas de nuestro cuerpo dejan de estar en una posición de confort para pasar a una posición que rebasa los límites “naturales” de nuestras articulaciones. Por ejemplo, cuando nuestras manos están por encima de los hombros al coger un objeto en una estantería o cuando leemos un libro con la cabeza inclinada hacia delante.

Las posturas fijas o mantenidas en el tiempo como es estar sentado ante un ordenador, conductores ante el volante, aquellas que cargan de forma asimétrica nuestras articulaciones, por ejemplo cuando llevamos bolsas con peso en una sola mano, son también dañinas. Por eso es recomendable cambiar de postura con frecuencia.

La finalidad de la higiene postural es prevenir trastornos, reduciendo la carga que soporta nuestro organismo durante las actividades diarias.

Una misma tarea se puede llevar a cabo en posturas diferentes, algunas de las cuales son más seguras y permiten realizarlas con menos esfuerzo físico. Si aplicamos unas normas mínimas a nuestros gestos cotidianos, mejoraremos nuestra salud y seremos más eficientes.

Higiene Postural en edades tempranas

Más del 50% de los escolares españoles de entre 12 y 15 años sufre dolor de espalda. Las causas principales están ligadas, sobre todo, al mobiliario escolar, a que realiza la mayor parte de sus actividades en la posición de sentado, al transporte de cargas excesivas y de forma inadecuada.

Una buena educación postural desde sus primeros años, un mobiliario adecuado a cada etapa de crecimiento, la práctica del deporte y evitar la sobrecarga de las mochilas prevendrá dolores y lesiones tanto en el niño como en el futuro adulto.

Cómo podríamos mejorar la higiene postural

Será según las actividades que realizamos a lo largo del día, las personas adoptan diferentes posturas. Si adquirimos malos hábitos , como posturas forzadas, movimientos repetitivos, malos levantamientos, etc., pueden surgir dolores, sobre todo en la espalda. Corregir esos malos hábitos mitigará o evitará esos dolores.

Recomendaciones generales para una correcta higiene postural

• Cambia de posición cada pocos minutos , alternando actividades que implican tanto sentarse como pararse y moverse.
  
• Intercala pausas breves cuando estés realizando alguna actividad buscando siempre la posición más segura y cómoda para tu espalda cuando tengas que hacer un esfuerzo. Planifica los movimientos que vas a realizar, sin prisas.
   
• Al sentarte apoya los pies en el suelo por completo y trata siempre de mantener las rodillas por encima de las caderas o a la misma altura. Cuando estés sentado tu espalda debe tener la misma postura erguida que mantiene cuando está de pie.
  
• Al levantar y cargar peso agáchate flexionando las rodillas manteniendo la cabeza erguida y la espalda recta, con los dos pies separados y bien apoyados en el suelo. Levanta el objeto en cuestión con los codos doblados y solo hasta la altura del pecho . Si necesitas subir más alto, usa una escalera o un banco.
   
• Cuando estés de pie intenta tener un pie apoyado sobre un objeto, alternando el otro cada cierto tiempo, intenta caminar cada cierto tiempo , aunque solo sean unos pocos pasos, y, sobre todo, evita los tacones altos en el trabajo.

• Siempre que tengas que levantarte de una silla intenta hacerlo apoyándote en el reposabrazos. Al sentarte hazlo con control, sin desplomarte sobre el asiento, e intenta apoyarte siempre en el respaldo, manteniendo la espalda recta.

• Usa zapatos profesionales en el trabajo: suela de poliuretano, o similar, para proporcionar comodidad al andar y evitar peligros al ser antideslizante, que sean transpirables (en el trabajo los pies tienden a sudar y esta humedad favorece la aparición de hongos), que tengan un tamaño adecuado, sin apretar ni quedar "sueltos", que no tengan un tacón que supere más de 3-4 cm.

Espero que te haya ayudado a saber qué es la higiene postural, así como a darte cuenta de que adquiriendo solo unos pocos hábitos, además de llevar el calzado adecuado , puedes eliminar esos molestos dolores que todos hemos tenido en algún momento como resultado de nuestra actividad profesional.